Iglesia Presbiteriana Cristo Redentor

Estamos a punto de cerrar con broche de oro, esta serie sobre el Evangelio de Mateo. Qué mejor cierre, que con la narración del mega milagro de la resurrección. Jesús no necesitaba que el Ángel quitara la piedra que sellaba su tumba, para salir. ¡Ya había resucitado! Era para que las mujeres y Pedro pudieran entrar, y que los guardias de Pilato fueran testigos. Jesús poco tiempo antes, había dicho a Marta, hermana de Lázaro, cuando éste recién había muerto: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mi vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mi no morirá jamás. ¿Crees esto?