Don't Kill My Vibes

Arsénico (H3AsO4)

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Sinopsis

¿Donde está el arsénico, mi amor?  Ayer quería matarte a besos pero hoy cambié de opinión  Hubo, hace no pocos años ya, un tal Thomas De Quincey que escribió una controvertida obra que llevaba por título Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes. En sus sardónicas páginas, el eminente escritor ponía todo su énfasis en despreciar aquellas abominables innovaciones venidas de Italia y prefería sin temor a dudas la más vieja, y a su juicio, honrada manera de liquidar a un enemigo: rebanar con una fría lama. Las sustancias que el señor De Quincey reprobaba eran, como ya muchos lo habrán adivinado, los venenos. De todos los tósigos empleados para envenenar, el más terrible, por su relativa facilidad de adquisición, ha sido por antonomasia el arsénico. Incoloro, inodoro, miscible en bebidas y pasteles (como el que la señora Lafarge hacía comer a su maridito) y de venta en boticas. Cómo no debió de ser que las autoridades británicas tuvieron que dictar